miércoles, 24 de mayo de 2017

[Análisis] - Outlast Whistleblower



En 2014, Outlast demostró al mundo que un juego Indie podría llegar a un nivel de calidad a la altura de las grandes producciones del género. Sin ser una obra maestra en el Survival Horror, Outlast consiguió hacerse un hueco entre los aficionados, gracias a su atmósfera cargada de tensión y angustia.

Outlast Whistleblower llegó meses después como una expansión del juego principal. Un título que sin ser ningún soplo de aire fresco, consigue ampliar la experiencia que vivimos con el original.

El juego se sitúa antes de los acontecimientos del Monte Massive, y antes de la llegada del periodista Tyler Miles. En esta ocasión controlaremos a Waylon Park, un trabajador de la Corporación Murkoff y la persona quien consigue dar el chivatazo a Miles acerca de los oscuros experimentos que se realizaban en el manicomio del Monte Massive.



El control de Park no ha variado en absoluto respecto al de Miles. Whistleblower es una aventura totalmente continuista y su único objetivo es ampliar y atar algunos cabos sueltos que dejó el original. Lo que nos lleva al principal defecto de esta expansión.

Whistleblower es lo que comúnmente llamaríamos "más de lo mismo". Todas las virtudes que hicieron grande al original vuelven a aparecer aquí. Volveremos a ver un magistral uso de la ambientación, con un gran juego de luces y sombras, imágenes escabrosas por todo nuestro camino por el manicomio, y un muy buen uso de sus FX de sonido que nos harán sentir que siempre hay algo acechando en cada esquina.



Sin embargo, también repite todos los defectos del original. Volveremos a encontrarnos con un juego lineal y sin ninguna posibilidad de backtraking o de exploración. Y tampoco encontraremos ningún tipo de puzzle durante todo el juego. Otro de los defectos que repite es que Park no es el personaje con más carisma del mundo.

Nuestro objetivo en el juego vuelve a ser el mismo que lo que se pudo ver en Outlast: conseguir salir del manicomio del Monte Massive, antes de que nos atrape un demente y nos asesine de la forma más salvaje inimaginable, mientras que recogemos documentos y grabamos notas usando nuestra inestimable cámara.



Esta cámara también nos servirá para adentrarnos en zonas oscuras. Para ello esta cámara cuenta con un sistema de visión nocturna que nos permitirá ver en la oscuridad. Pero tendremos que tener cuidado de no abusar de ella, ya que dicha visión nocturna consumirá las pilas de nuestra cámara. A lo largo del escenario encontraremos una serie de pilas que podremos usar.

Si hay algo con lo que puede destacar Whistleblower respecto a la aventura principal es que es aún más bestia y más gore que la aventura original. Además de encontrarnos con los dementes más escalofriantes de todo el juego. Un caníbal asesino que nos perseguirá incansablemente para que seamos su merienda, y un loco conocido como El Novio, un hombre obsesionado en convertirnos en su esposa. Para ello, nos intentará someter a una salvaje operación de la cual no diré nada para evitaros spoilers.



Hubiera sido muy positivo que esta expansión ofreciera algún tipo de novedad respecto a su aventura principal. Sin embargo, Whistleblower consigue ampliar el terror que se pudo vivir en Outlast durante las 3 cortas pero intentas horas que dura este título.

A pesar de su aire de repetición,  si os gustó Outlast su expansión es una compra totalmente obligada.

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